Comentario previo:
Esta receta la he hecho para sacar aquí parte de la remolacha que cocí y tengo preparada para ir haciendo algunos platos estos días.
La remolacha es una planta de la que es muy conocido el consumo de su raíz, aunque sus hojas también se usan como verdura de hoja, dándole un uso similar a las acelgas o espinacas (incluso se consumen las hojas más tiernas en ensalada). No suele ser fácil, al menos en Murcia, conseguir las raíces de esta planta en la oferta habitual y creo que es por la preferencia que tenemos de consumirlas ya preparadas, con el fin de no mancharnos durante su elaboración. No creo que descubra la pólvora, pero os voy a contar la forma de prepararlas sin mancharnos demasiado.
Para cocer la remolacha (hablamos de la raíz) basta con lavarlas por fuera, para quitar los posibles restos de tierra que pudieran quedar. No hay que pelarlas y debemos dejar dos o tres centímetros de los tallos y no quitar la parte inferior con sus raicillas. Las pondremos en agua salada hirviendo y las dejaremos cocer a fuego suave (6 sobre 10) durante durante unos 45 a 60m minutos (dependiendo de lo grandes que sean). Transcurrido ese tiempo las pondremos a escurrir y las dejaremos enfriar. Provistos de unos guantes de goma, una vez frías retiraremos la piel y nos desharemos tanto de los pequeños tallos como de la punta inferior. Los guantes estarán muy manchados, pero se limpian perfectamente bajo el chorro de agua. Ahora basta con envolver en plástico las remolachas cocidas y peladas para conservarlas en el frigorífico hasta una semana después. Si queremos conservarlas más tiempo, bastará con conservarlas enteras o en rodajas en un bote esterilizado con una mezcla de agua y vinagre con sal y azúcar. También podemos envasarlas al vacío (si disponemos de una máquina para ello, las hay por un precio muy asequible) y congerlarlas.
Otra forma de prepararlas es horneándolas, para lo que basta con envolver en papel de aluminio las raíces, limpias como hemos descrito antes. En horno a 180º a 200º las hornearemos durante una hora, aproximadamente, hasta que veamos que la piel está suelta al tocarlas con el dedo. Luego se dejan enfriar, se pelan y se conservan como hemos descrito antes.
Para el resto de la ensalada he usado col, arroz y cebolla tierna. Luego he aliñado y he añadido algunos complementos: alcaparras, aceitunas y unos dados de queso vegetal al pimentón, del que os presenté en la receta anterior.
La remolacha es una planta de la que es muy conocido el consumo de su raíz, aunque sus hojas también se usan como verdura de hoja, dándole un uso similar a las acelgas o espinacas (incluso se consumen las hojas más tiernas en ensalada). No suele ser fácil, al menos en Murcia, conseguir las raíces de esta planta en la oferta habitual y creo que es por la preferencia que tenemos de consumirlas ya preparadas, con el fin de no mancharnos durante su elaboración. No creo que descubra la pólvora, pero os voy a contar la forma de prepararlas sin mancharnos demasiado.
Para cocer la remolacha (hablamos de la raíz) basta con lavarlas por fuera, para quitar los posibles restos de tierra que pudieran quedar. No hay que pelarlas y debemos dejar dos o tres centímetros de los tallos y no quitar la parte inferior con sus raicillas. Las pondremos en agua salada hirviendo y las dejaremos cocer a fuego suave (6 sobre 10) durante durante unos 45 a 60m minutos (dependiendo de lo grandes que sean). Transcurrido ese tiempo las pondremos a escurrir y las dejaremos enfriar. Provistos de unos guantes de goma, una vez frías retiraremos la piel y nos desharemos tanto de los pequeños tallos como de la punta inferior. Los guantes estarán muy manchados, pero se limpian perfectamente bajo el chorro de agua. Ahora basta con envolver en plástico las remolachas cocidas y peladas para conservarlas en el frigorífico hasta una semana después. Si queremos conservarlas más tiempo, bastará con conservarlas enteras o en rodajas en un bote esterilizado con una mezcla de agua y vinagre con sal y azúcar. También podemos envasarlas al vacío (si disponemos de una máquina para ello, las hay por un precio muy asequible) y congerlarlas.
Otra forma de prepararlas es horneándolas, para lo que basta con envolver en papel de aluminio las raíces, limpias como hemos descrito antes. En horno a 180º a 200º las hornearemos durante una hora, aproximadamente, hasta que veamos que la piel está suelta al tocarlas con el dedo. Luego se dejan enfriar, se pelan y se conservan como hemos descrito antes.
Para el resto de la ensalada he usado col, arroz y cebolla tierna. Luego he aliñado y he añadido algunos complementos: alcaparras, aceitunas y unos dados de queso vegetal al pimentón, del que os presenté en la receta anterior.
Ingredientes:
- 100 g. de col lisa.
- 50 g. de cebolla tierna.
- 100 g. de arroz largo cocido.
- 100 g. de remolacha cocida.
- 50 g. de queso vegetal al pimentón.
- Alcaparras (que en Murcia llamamos tápenas).
- Aceitunas (yo puse unas rellenas de ajos encurtidos).
- Sal.
- Vinagre de Jerez.
- AOVE (aceite de oliva virgen extra).
Pasos:
- Cortar la col en juliana muy fina y picar la cebolla.
- Poner encima el arroz y la remolacha cortada en dados de 1 cm.
- Salar y aliñar con vinagre de Jerez y AOVE.
- Añadir por encima de todo unos dados de queso vegetal, junto con las alcaparras y las aceitunas.