- 1 calabacín.
- 1 cebolla tierna.
- 2 cucharadas de aceite de oliva suave.
- 1 huevo.
- 1 quesito light.
- 100 ml. nata.
- 1 cucharada de cebollino picado.
- Sal (al gusto).
- Pimienta negra molida (al gusto).
- Margarina para untar el molde.
Pasos:
- Poner a precalentar el horno a 200º. Lavar el calabacín, quitarle los dos extremos y cortar en 4 trozos. Pelar la cebolla tierna y cortarla en 4 trozos.
- Poner el calabacín y la cebolla en la Thermomix y picar (velocidad 5, 5 segundos). Bajar todo lo que nos queda por las paredes del vaso y, si fuera necesario, picar durante 2 ó 3 segundos más (y volver a bajar lo que quede en las paredes del vaso). Añadir las dos cucharadas de aceite a la verdura picada y poner a sofreír en el vaso (20 minutos, temperatura varoma y velocidad cuchara giro a la izquierda). Dejar abierta la boca de la tapadera para que vaya perdiendo humedad.
- Una vez sofritas las verduras, añadir al vaso de la Thermomix el huevo, la nata, el quesito y el cebollino. Batir todos los ingredientes (velocidad 7, 20 segundos).
- Engrasar con la margarina el molde que vamos a utilizar (yo usé uno con seis recipientes que pensaba podían ser individuales, pero quedaban tan pequeños y ligeros que si no te comías dos o tres casi no te enterabas).
- Verter la mezcla en el molde. Colocar el molde al baño maría e introducirlo en el horno a media altura con la función ventilador a 200º durante 1 hora.
- La mezcla subirá un poco (luego baja al enfriarse) y se pondrá dorada por encima. Pasada la hora sacar del horno y dejar que se enfríen un poco. Colocar sobre una fuente, decorar (yo usé unos tomatitos cherry que había calentado durante 10 minutos en el horno) y servir.
Estos flanes se pueden servir calientes, tibios o fríos. Tienen una textura muy ligera. Pueden servir de guarnición o se pueden guarnecer y hacer de plato entrante.
No es difícil suponer como se haría este flan sin usar la Thermomix.