Comentario previo:
El rahat lokum, o simplemente lokum, es más conocido como "delicia turca" (del inglés turkish delight), pero mucho más como "gominola" y en Aragón como "lamín". Estamos hablando de un almíbar gelificado y aromatizado. Es una golosina que tiene su origen hace más de 200 años y que el sultán turco consumía con deleite, hasta que los ingleses la trajeron a Europa y se hizo popular como un dulce de extremada finura entre las clases sociales altas de la época.
Básicamente se trata de un líquido (en el que pueden participar zumos de fruta, licores, vinos, etc.), un endulzante (además de azúcar, en sus distintas variedades, puede usarse miel, jalea, melaza, etc.) y un elemento gelificador (en su día se usó clara de huevo, pero ahora es más normal usar gelatina, grenetina, agar-agar, etc.) Una variación de esta golosina es la que incluye frutos secos (pistacho, almendra, etc.) que se trituran en se mezcla con la gelatina a mitad del proceso de gelificación.
Para la versión que presento en esta entrada he usado el jugo de unas deliciosas mandarinas ecológicas y unos pistachos tostados. He usado agar-agar como ingrediente para la gelificación y azúcar moreno para endulzar. Para dar un toque más aromático, he añadido agua de azahar (hubiera sido mejor agua de rosas, pero no tenía) y un poco de ron.
Es una golosina fácil de hacer y con la que se puede quedar muy bien, sorprendiendo a nuestros invitados a la hora de servirle un café o, mejor todavía, un té.
Básicamente se trata de un líquido (en el que pueden participar zumos de fruta, licores, vinos, etc.), un endulzante (además de azúcar, en sus distintas variedades, puede usarse miel, jalea, melaza, etc.) y un elemento gelificador (en su día se usó clara de huevo, pero ahora es más normal usar gelatina, grenetina, agar-agar, etc.) Una variación de esta golosina es la que incluye frutos secos (pistacho, almendra, etc.) que se trituran en se mezcla con la gelatina a mitad del proceso de gelificación.
Para la versión que presento en esta entrada he usado el jugo de unas deliciosas mandarinas ecológicas y unos pistachos tostados. He usado agar-agar como ingrediente para la gelificación y azúcar moreno para endulzar. Para dar un toque más aromático, he añadido agua de azahar (hubiera sido mejor agua de rosas, pero no tenía) y un poco de ron.
Es una golosina fácil de hacer y con la que se puede quedar muy bien, sorprendiendo a nuestros invitados a la hora de servirle un café o, mejor todavía, un té.
Ingredientes:
- 500 ml. de zumo de mandarinas ecológicas de Freshvana.
- 500 ml. de agua filtrada.
- El zumo de un limón.
- La ralladura de la piel de una mandarina.
- La ralladura de la piel de un limón.
- 500 g. de azúcar.
- 1 c/s (cuchara sopera) de agua de azahar.
- 1 c/s de ron.
- 10 g. de agar-agar.
- 75 g. de pistachos pelados y tostados.
- Azúcar glas para espolvorear.
Pasos:
- Rallar la piel de una mandarina y de un limón. Ponerlas en una olla junto al zumo de mandarinas, el agua y el zumo de limón. Llevar a ebullición y colar, para quitar las ralladuras y la pulpa que pudiera haber quedado.
- Añadir el azúcar, el agua de azahar, el ron y el agar-agar. Volver a calentar hasta que hierva. Mantener en hervor suave y sin parar de remover por un par de minutos. Verter en un cuenco y dejar reposar y enfriar.
- Triturar, poco, los pistachos y añadirlos al cuenco después de una hora, cuando veamos que el líquido ya comienza a tomar cuerpo de gel. Removerlo bien para que se distribuya homogéneamente.
- Verter en una fuente cuadrada o en moldes para cubitos. Dejar reposar y enfriar toda la noche (mejor en el frigorífico) o por unas 8 horas.
- Cuando está bien gelificado, si lo hemos colocado en una fuente, lo cortaremos en trozos del tamaño de un bocado y los espolvorearemos o rebozaremos en azúcar glas para servirlos.
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