Comentario previo:
Esta no iba a ser una receta para el blog, sino la comida de hoy. Lo que pasa es que he subido la foto a las redes sociales y han venido preguntas sobre lo que lleva y las peticiones de que la pusiera aquí.
Cuando uno llega a casa tarde y cansado a comer, sin nada preparado para comer, parece que el mundo se viene encima. Pero la ventaja que tiene disponer de algunas cosas en el frigorífico o en la alacena, más las sobras de otras comidas pueden resolver el problema. Eso es lo que me ha pasado hoy. Llego a casa y frente al frigorífico he formulado el conjuro mágico: ¡no sé que comer!
Alicia, mi mujer, me ha dicho: "quedan unas patatas cocidas y hay tomate de bote al fresco, podrías hacerte una ensalada". He visto también unos garbanzos y unos huevos cocidos. No tenía cebolla tierna, pero nunca faltan en la alacena unas buenas cebollas. Podría haber puesto también algo de lechuga como fondo, pero no me apetecía. También un poco de pimiento (rojo o verde), incluso una guindilla para dar potencia al plato. Pero me he conformado con unas alcaparras (las tápenas murcianas) y unos pepinillos. Pimienta, sal y un buen AOVE (aceite de oliva virgen extra) aromatizado con ajo, tomillo y cayena han puesto el toque final.
Ya digo que no es un plato en sí mismo, sino más bien un recursos y la muestra de que caer en ciertos tópicos sobre la comida rápida no es más que una forma de vagancia.
Cuando uno llega a casa tarde y cansado a comer, sin nada preparado para comer, parece que el mundo se viene encima. Pero la ventaja que tiene disponer de algunas cosas en el frigorífico o en la alacena, más las sobras de otras comidas pueden resolver el problema. Eso es lo que me ha pasado hoy. Llego a casa y frente al frigorífico he formulado el conjuro mágico: ¡no sé que comer!
Alicia, mi mujer, me ha dicho: "quedan unas patatas cocidas y hay tomate de bote al fresco, podrías hacerte una ensalada". He visto también unos garbanzos y unos huevos cocidos. No tenía cebolla tierna, pero nunca faltan en la alacena unas buenas cebollas. Podría haber puesto también algo de lechuga como fondo, pero no me apetecía. También un poco de pimiento (rojo o verde), incluso una guindilla para dar potencia al plato. Pero me he conformado con unas alcaparras (las tápenas murcianas) y unos pepinillos. Pimienta, sal y un buen AOVE (aceite de oliva virgen extra) aromatizado con ajo, tomillo y cayena han puesto el toque final.
Ya digo que no es un plato en sí mismo, sino más bien un recursos y la muestra de que caer en ciertos tópicos sobre la comida rápida no es más que una forma de vagancia.
Ingredientes:
- 3 patatas cocidas, pequeñas.
- 1/2 cebolla blanca.
- 100 g. de garbanzos cocidos (pueden ser de bote, pero de los buenos).
- 3 tomates de pera, de bote.
- 1 huevo cocido.
- Alcaparras (tápenas en Murcia).
- Pepinillos.
- Pimienta negra molida.
- Sal marina.
- AOVE aromatizado con ajo, tomillo y cayena.
Pasos:
- Cortar la patata en dados, picar la cebolla y trocear el tomate.
- Añadir los garbanzos y aliñar con pimienta, sal y AOVE. Remover bien para quede todo impregnado.
- Agregar las alcaparras y los pepinillos.
- Pelar y cortar el huevo cocido en 4 trozos. Disponerlo sobre lo anterior y aliñarlo a nuestro gusto. Servir frío.
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