Comentario previo:
Aprovechando la temporada de níscalos (Lactarius deliciosus) traigo aquí esta sencilla pero exquisita receta. No merece mayo comentario. Sólo decir que en el último momento me decidí por enriquecer un poco el plato con unas lascas de queso parmesano y no pude estar más acertado. Podía haber utilizado algún otro queso curado de potente sabor (algún manchego de oveja, por ejemplo) y hubiera quedado también estupendo.
Ingredientes (para cada ración):
- 1 patata mediana (de unos 150 g.)
- 1 ó 2 huevos (según el gusto).
- 150 g. de níscalos.
- Unas lascas de queso parmesano (unos 25 a 30 g.)
- Pimienta negra molida.
- Sal marina.
- AOVE (aceite de oliva virgen extra).
Pasos:
- Limpiar bien los níscalos y cortarlos en lonchas de como 1/2 cm. En una sartén caliente poner un cucharada de AOVE (usé uno aromatizado con ajo, tomillo y guindilla) y saltear los níscalos. Salpimentar y dejar en la sartén hasta que pierdan prácticamente todo el jugo que sueltan, removiéndolos de vez en cuando para que no se peguen. Reservar en la sartén.
- Pelar, cortar la patata en rodajas, como si fueran para tortilla de patatas. Salar. En una sartén o freidora con abundante AOVE caliente freír hasta que estén al gusto (a mi me gustan más bien tostaditas). Escurrir el exceso de aceite.
- Poner las patatas en el plato de servicio y sobre ellos colocar los huevos fritos (estos pueden ser a la plancha). Romperlos cortando las yemas y colocar sobre ellos los níscalos que hemos reservado (si hiciera falta, calentarlos un poco volviendo a colocar la sartén al fuego).
- Como toque final, cortar una lascas de queso parmesano (o algún otro curado y fuerte) que dejaremos caer sobre todo lo anterior.