- 1/2 kg. de zanahorias de grosor similar.
- 1 cebolla mediana.
- 3 dientes de ajo.
- 200 ml. de vinagre de vino blanco.
- 1 cucharada de sal (mejor que sea gorda).
- 1 cucharada de pimienta negra en grano.
- Unas hojitas de laurel.
Pasos:
- Lavar y pelar las zanahorias.
- Cortar las zanahorias en rodajas de 1 centímetro de grosor (usé la mandolina con el cortador ondulado para conseguir una mejor apariencia).
- Blanquear las zanahorias en un cazo de agua hirviendo con una cucharada de sal.
- Pelar y cortar la cebolla en media juliana gruesa.
- Cuando las zanahorias lleven 1 minuto de blanqueado, añadir al cazo la cebolla cortada y mantener otro minuto en agua salada hirviendo. Conviene retirar con una espumadera la espumilla naranja que flota en la superficie.
- Escurrir y refrescar las verduras blanqueadas, que deben de haber quedado muy crocantes.
- En un cazo poner el vinagre junto al laurel y las bolas de pimienta y llevar a hervor.
- Cuando rompa a hervir el vinagre, añadir la verdura blanqueada y dejar hasta que vuelva a hervir, dando unas vueltas para que todo quede bien impregnado de vinagre.
- En cuanto vuelva a romper a hervir el vinagre, apartamos el cazo del fuego y ponemos la verdura en un tarro de cristal esterilizado que rellenaremos con el vinagre de la cocción. Para esterilizar el tarro, sumergirlo (tapa incluida) en agua hirviendo durante 25 ó 30 minutos, dejando enfriar sobre un trapo limpio o papel de cocina que absorba la humedad. Cerramos el tarro, colocando una lámina de film transparente bajo su tapa, y lo colocamos boca abajo mientras se enfría.
Las zanahorias en vinagre se pueden servir de aperitivo o en ensalada. También acompañan bien como parte de la guarnición de otros platos de verdura.
El procedimiento para encurtir otras verduras (pepinos, cebolletas, pimiento, etc.) es similar, pero habrá que dejar más tiempo de reposo (hasta 1 mes) para que el vinagre realice su trabajo sobre la verdura.
