- 1 berenjena hermosa.
- 1/2 cebolla mediana (tierna mejor).
- 1/4 de pimiento (verde o rojo).
- 1 diente de ajo.
- 1 tomate maduro.
- 1 cucharadita de piñones.
- 1 cucharada de aceite de oliva virgen extra.
- 1 chorro de zumo de limón (al gusto).
- 1 cucharada de perejil fresco picado.
- 1 poco de azúcar (para quitar acidez).
- Orégano (al gusto).
- Sal (al gusto).
- Pimienta negra molida (al gusto).
- Hojas de lechuga, para decorar.
- Queso rallado (opté por grana padano curado) para cubrir. No estaba previsto, pero a última hora se me antojó que pegaría bien y creo que acerté.
Pasos:
- Escaldar el tomate durante 1 minuto (al que habremos hecho una cruz en la piel para pelarlo) y la berenjena (lavada y sin pedúnculo) durante 5 a 10 minutos (según queramos que quede de blanda la capa externa.
- Sacar el tomate al minuto (dejar la berenjena), enfriarlo, pelarlo, quitarle las pepitas (no las tires, con sal y una gota de aceite están buenísimas) y trocearlo.
- Sacar la berenjena, enfriarla, partirla por la mitad a lo largo y sacarle con una puntilla la mayor cantidad de pulpa, procurando no romper la piel.
- Guardar los dos cascos de la piel (ponerles un poco de sal y unas gotas de aceite para que cojan sabor) y trocear la pulpa de la berenjena.
- Cortar en juliana la cebolla y el pimiento. Saltear en una sartén con un poco de aceite durante 15 min. a fuego suave. Poner un poco de sal para que sude.
- Picar el diente de ajo. Añadir a la sartén, junto con la pulpa de la berenjena troceada, y dejarlo sofreír con la sartén tapada durante 10 minutos más. Salpimentar.
- Sacar el sofrito y añadirle el tomate troceado, el perejil picado, los piñones, el orégano, el aceite, el azúcar y el limón. Lo mezclamos todo para que se marine bien.
- En un plato colocar hojas de lechuga (mejor aliñadas ligeramente con un poco de aceite, vinagre y sal). Sobre éstas poner los cascos de berenjena y verter sobre ellos la mezcla de relleno. Enfriar en el frigorífico, por lo menos 15 minutos (aunque tibia queda también bien).
- Estaba previsto que el plato quedara así, pero se me ocurrió que quedaría mejor de sabor con un poco de queso rallado por encima. Tomé un trozo de grana padano que tenía en el frigorífico y dejé caer una lluvia de briznas sobre el plato. Creo que no me equivoqué.
Receta tomada de: Vino y Recetas.