Comentario previo:
La verdad es que pensé en hacer un risotto solamente con un precioso ejemplar de brócoli ecológico que tenía y cuando ya estaba en plena faena de cuajar el plato se me ocurrió que podría ser interesante añadir a la preparación el sabor ahumado de los pimientos del piquillo de las conservas artesanales El Modesto. Dicho y hecho. No me arrepiento en absoluto. Ya había probado la mezcla de brócoli y piquillos en otras preparaciones (unos deliciosos macarrones que ya subiré), pero con el arroz cremoso de un risotto quedan, si cabe, mejor.
Como suele ser habitual, una preparación sencillita y rápida de hacer, sobre todo si tienes ya previamente cocido el brócoli, que esta vez lo queríamos práctimente deshecho (sólo queda al final algún trozo de tronco sin llegar a deshacerse). Se puede preparar este plato sin cocer el brócoli, salteándolo con la chalota, así quedaría un plato con más sabor a "verde", sobre todo si dejamos un poco crujiente el brócoli.
He usado un manchego curado en lugar de los clásicos parmesano o grana padano, habituales del risotto. Aporta un toque diferente y siempre está bien eso de salirse de ciertas monotonías. Pero está claro que se puede usar cualquiera de los quesos más habituales, que cada uno tiene sus gustos. La chalota también podría haber sido sustituida por cebolla o puerro, pero tenía unos buenos ejemplares y era el momento de usarlos. Si se quiere con menos carga calórica, nos podemos ahorrar el poner mantequilla, pero ya se sabe que perderemos cierto punto de cremosidad en el resultado final.
Como suele ser habitual, una preparación sencillita y rápida de hacer, sobre todo si tienes ya previamente cocido el brócoli, que esta vez lo queríamos práctimente deshecho (sólo queda al final algún trozo de tronco sin llegar a deshacerse). Se puede preparar este plato sin cocer el brócoli, salteándolo con la chalota, así quedaría un plato con más sabor a "verde", sobre todo si dejamos un poco crujiente el brócoli.
He usado un manchego curado en lugar de los clásicos parmesano o grana padano, habituales del risotto. Aporta un toque diferente y siempre está bien eso de salirse de ciertas monotonías. Pero está claro que se puede usar cualquiera de los quesos más habituales, que cada uno tiene sus gustos. La chalota también podría haber sido sustituida por cebolla o puerro, pero tenía unos buenos ejemplares y era el momento de usarlos. Si se quiere con menos carga calórica, nos podemos ahorrar el poner mantequilla, pero ya se sabe que perderemos cierto punto de cremosidad en el resultado final.
Ingredientes (para 2 raciones):
- 250 g. de brócoli ecológico de Freshvana.
- 6 pimientos del piquillo.
- 1 chalota (escalonia).
- 100 g. de arroz carnaroli (u otro tipo bomba).
- 500 ml. de caldo vegetal.
- 1/2 vaso de vino blanco (usé verdejo de Rueda).
- 25 g. de mantequilla.
- Queso manchego curado rallado.
- Sal marina.
Pasos:
- Lavar y cocer al vapor el brócoli durante unos 10 minutos (se quiere que quede un poco entero). Separar en ramilletes y retirar las partes duras del tronco (si las hubiera) y cortarlo en trozos. Reservar.
- Limpiar y picar la chalota. Saltearla un par de minutos en una sartén caliente con un par de cucharadas de aceite.
- Agregar el brócoli y el arroz y seguir salteando hasta que se vea que los granos de arroz se vuelven traslúcidos.
- Añadir el vino blanco y dejar que hierva durante un minuto, para que pierda el alcohol.
- Ir añadiendo el caldo vegetal a cucharones, según lo vaya absorbiendo el arroz, sin parar de remover para que no se pegue al fondo.
- Cuando lleve 15 minutos de cocción el arroz, añadir los piquillos, cortados en trozos grandes, y seguir removiendo.
- Cuando se vea hecho el arroz (unos 18 minutos de cocción) apartar del fuego y añadir la mantequilla. Remover hasta que la mantequilla se funda y se integre con el arroz.
- Servir los platos y espolvorearlos con el queso manchego rallado.
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