Comentario previo:
Hay platos que tienen poca explicación. Estamos en tiempo de setas. Los níscalos están llegando a unos precios bastante asequibles (estos los compré a 9€/kg.). Las temperaturas han bajado considerablemente en pocos días (en dos semanas hemos pasado de casi 30º a 15º de máxima en Murcia) y por ello apetecen platos rotundos que nos calienten el cuerpo. En este marco un estofado de níscalos parece la salida más sensata.
Este plato, además de las verduras ecológicas, podría haber ido acompañado de patatas. Es una medida positiva si queremos abaratarlo. Otros toques son igualmente posibles (utilizar puerro, añadir ajo, etc.), pero algo que sí es principal es el tipo de vino que se usa. De los que tenía a disposición, me decidí por un Cariñena de 2006, con 18 meses de barrica. Un vino con cuerpo. Mucha gente pone vinos malos (incluso alguno imbebible de tetrabrick) para cocinar. Esto es un error y se paga en el resultado final. Usar unos buenos níscalos, una verduras de cultivo ecológico, dar el tiempo y la dedicación precisos para elaborar un buen plato, para al final poner un vino que termine poniendo al guiso un toque avinagrado y muy ácido me parece un completo error. Tampoco se trata de que uses tu mejor botella para guisar, que pongas sólo en vino 15 o 20€ en el guiso. Este buen Cariñena me costó en torno a lo 7€ la botella y no creo que sea una animalada poner menos de 3€ de buen vino al guiso.
Tras la reflexión, el resultado: un guiso muy sabroso, con la potencia de esta seta de otoño envuelta en los aromas y sabores de un estofado de los de toda la vida.
NOTA: Me acabo de dar cuenta de que, con ésta, ya son 700 las entradas que he subido a mi blog. No pensé que llegarían a ser tantas. Gracias a los que hacéis posible que yo siga escribiendo aquí porque me seguís. Sin vosotros igual no habría llegado a tanto.
Este plato, además de las verduras ecológicas, podría haber ido acompañado de patatas. Es una medida positiva si queremos abaratarlo. Otros toques son igualmente posibles (utilizar puerro, añadir ajo, etc.), pero algo que sí es principal es el tipo de vino que se usa. De los que tenía a disposición, me decidí por un Cariñena de 2006, con 18 meses de barrica. Un vino con cuerpo. Mucha gente pone vinos malos (incluso alguno imbebible de tetrabrick) para cocinar. Esto es un error y se paga en el resultado final. Usar unos buenos níscalos, una verduras de cultivo ecológico, dar el tiempo y la dedicación precisos para elaborar un buen plato, para al final poner un vino que termine poniendo al guiso un toque avinagrado y muy ácido me parece un completo error. Tampoco se trata de que uses tu mejor botella para guisar, que pongas sólo en vino 15 o 20€ en el guiso. Este buen Cariñena me costó en torno a lo 7€ la botella y no creo que sea una animalada poner menos de 3€ de buen vino al guiso.
Tras la reflexión, el resultado: un guiso muy sabroso, con la potencia de esta seta de otoño envuelta en los aromas y sabores de un estofado de los de toda la vida.
NOTA: Me acabo de dar cuenta de que, con ésta, ya son 700 las entradas que he subido a mi blog. No pensé que llegarían a ser tantas. Gracias a los que hacéis posible que yo siga escribiendo aquí porque me seguís. Sin vosotros igual no habría llegado a tanto.
Ingredientes (para 4 raciones):
- 500 g. de níscalos.
- 1 cebolla ecológica de Freshvana.
- 1 zanahoria ecológica de Freshvana.
- 12 pimientos de Padrón.
- 250 ml. de caldo de verduras.
- 250 ml. de vino tinto (usé un Cariñena de 2006 con 18 meses de barrica).
- 3 c/s (cuchara sopera) de tomate frito o salsa de tomate.
- 2 hojas de laurel.
- 15 granos de pimienta negra.
- Sal marina.
- 3 c/s de AOVE (aceite de oliva virgen extra).
Pasos:
- Limpiar y trocear (en trozos grandes) los níscalos, la cebolla y la zanahoria. Retirar la parte de las semillas de los pimientos de Padrón.
- En una cazuela poner el AOVE y, cuando esté caliente, pochar la cebolla hasta que empieza a transparentar. Añadir los pimientos y la zanahoria y seguir pochando durante unos minutos, hasta que se vea que empiezan a dorar. Agregar los níscalos junto con los granos de pimienta y el laurel. Salar y seguir con el pochado, removiendo para que no se pegue al fondo.
- Antes de que quede sin jugo la cazuela, verter el vino y dejar que hierva un par de minutos (para que pierda el alcohol). Añadir el caldo y el tomate frito y dejar que cueza durante unos 15 minutos.
- Corregir de sal, si procede y servir calentito.
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