Los gastrobloggericos no somos críticos gastronómicos, pero somos gente que gusta de cocinar y comer. Gusta del placer de compartir alegría a través de la comida. Valoramos, como cualquier hijo de vecino, el trato del personal y la decoración de un local gastronómico. Pero tenemos un punto de sensibilidad mayor en lo que se refiere a los productos e ingredientes que se manejan a la hora de elaborar cualquier tipo de plato. Me gusta ver que se está despertando una sensibilidad entre los profesionales de los fogones y de los negocios de restauración en Murcia que les lleva a apreciar la opinión de la gente común, que es la que venimos a representar los blogueros culinarios.
Hace poco me hacía eco en otra entra de este blog de la "osadía" del chef y propietario de un restaurante murciano de presentar su trabajo ante un bloguero vegetariano. Pues no es caso único, ya que han recogido el reto también el Mil Hojas restobar y me invitaron a probar una muestra de lo que en este singular espacio se cocina y a vivir la experiencia junto a unos cuantos compañeros gastrobloggericos.
De izq. a dch.: Montse Carballo (gerente), David López (asesor gastronómico) y Consuelo Serrano (chef). (foto tomada del sitio Mil Hojas restobar). |
El local, ubicado en un pasaje peatonal, junto a un amplio espacio ajardinado, en la zona del barrio de La Flota de Murcia, no es un "restaurante fino". Es un sitio donde uno parece encontrarse como en su casa (aunque no es tu casa y no tendrás que fregar platos). Una fachada completamente acristalada comunica el exterior con la privilegiada zona externa. La decoración es lo más parecido a una decoración doméstica, con estanterías llenas de libros (que se usan), un sofá donde terminar la comida con un café y algo de lectura o una zona infantil estratégicamente ubicada para que los pequeños no supongan un estorbo a los mayores. Todo muy austero y muy actual, pero con graciosos detalles, como la bicicleta aparcada junto al sofá o los menús en una tabla con pinza. Vamos, que no te vistas de punta en blanco para acudir al Mil Hojas restobar, ponte algo cómodo y dedícate a disfrutar de una comida vanguardista y un trato amable, casi familiar.
Pero si todo esto no fuera suficiente, lo mejor está por llegar. Su carta, que David tiene en plena renovación, es digna del más sofisticado restaurante de la ciudad. Tuvimos la suerte de probar algunos de sus platos (con un presencia destacada de preparaciones vegetarianas), como:
- Bocabits de alga nori con salsa emulsionada de soja: una golosina con sabor a mar y un recuerdo de cocina japonesa que nos prepara para afrontar los siguientes platos.
- Croqueta de leche de cabra y verduras asadas: con un rebozado muy crujiente de panko que encierra la melosidad de una bechamel cremosa, con el toque singular de la leche de cabra, que envuelve las verduras asadas y que participa de su jugo.
- Corte de parmesano crujiente y helado sobre dulce de tomate tradicional: un sorprendente halado entre dos hojas de galleta elaborada con queso parmesano (cuidado que pueden ser adictivas) y con el dulzor ácido del tomate que elaboran en las conservera artesanal El Modesto, de Lorquí.
- Pastel de verduras al dente y remolacha cruda con cremoso de ñoras: un nuevo plato que todavía no está incorporado a la carta, en el que destaca la textura de los ingredientes y el aromático sabor de las ñoras del cremoso.
- Estofado de setas variadas en su jugo con mantequilla: un plato que David López preparó especialmente para mí, como alternativa a la hamburguesa de bacalao con tomates semi-secos y hierbas que comieron en resto de comensales. Un guiso del que no pude dejar ni gota de su jugo.
- Chocolate blanco, sablé de tomillo y lima: con este atrevido postre nos adentramos en la parte dulce de la comida. Galleta de tomillo desmenuzada cubriendo un gel ácido de lima sobre una crema de chocolate blanco muy sabroso. La mezcla seguro que no te deja indiferente.
- Chocolate especiado con pimienta, clavo y aceite con gel de maracuyá: si valiente era la mezcla, este nuevo postre, que aún no figura en la carta, eleva la apuesta con un chocolate muy potente que mezcla muy bien con la acidez de la fruta de la pasión.
- Crema de calabaza asada con canela, anís y helado de vainilla: fuera de programa probamos este último postre. No estaba previsto incluirlo en la cena ya que estaba recién elaborado y aún no había alcanzado el grado de frío suficiente. Pero nuestra insistencia pudo con la voluntad de Montse que nos permitió catar otra osadía con mezcla de potentes sabores y una delicada textura. Personalmente, fue este último el postre que más me gustó, sin desmerecer los dos anteriores, pero que supuso un afortunado colofón a una deliciosa cena.
En la parte líquida, además de la cerveza de entrada, acompañamos la cena con un Viña Real tinto de Rioja elaborado con uva tempranillo. Una buena elección que se debe a la mano de Antonio Chacón, el sumiller y profesor del Centro de Cualificación Turística, que se ha encargado de elaborar una sencilla pero afortunada carta de vinos, en la que tienen presencia destacada algunos de los nuevos vinos de nuestra Región.
Como resumen, la cena de gastrobloggericos en MilHojas restobar fue una maravillosa experiencia que abre la puerta a nuevas visitas. Felicitar al equipo y agradecer el trato recibo.
Ubicación y contacto
Paseo Marinero Luis de Torres, 3
30007 Murcia.
Telf. 968 969 699
Web: http://milhojasrestobar.com/
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