Comentario previo:
De las quedadas que hacemos los blogueros gastronómicos siempre nos traemos ideas para seguir cocinando. Esta receta tiene ese origen. El pasado fin de semana estuvimos disfrutando por tierras cartageneras del fabuloso encuentro que nos organizaron Lola y Pedro, a quien estamos agradecidísimos por todo lo que hicieron, lo bien que lo hicieron y lo bien que nos hicieron sentir. Pues eso, que en El Pez Rojo de Cabo de Palos, durante la comida del sábado, nos sirvieron una ensalada o entrante distinto y que llamó poderosamente mi atención.
Desde el momento que lo vi supe que ese plato tenía que hacerlo. No ha pasado mucho tiempo para que este deseo se haya cumplido. Es un plato sencillo y muy apropiado para estos primeros calores que estamos padeciendo. Si a eso unimos que dispongo de los productos que me llegan semanalmente de la tienda virtual Freshvana de venta de fruta y verdura ecológica, no tenía excusa para demorar más la elaboración de estos montaditos. Junto al queso roquefort, el papel principal lo tienen el calabacín (mejor que no sea muy grande y siempre debe ser fresco y tierno) y la pulpa de tomate (en este caso un delicioso tomate negro mulato, de gran sabor). Un aliño sencillo, con el vinagre balsámico aportando su toque característico.
Está claro que este plato puede tener miles de variantes: sustituir el calabacín por pepino, hacerlo con diferente tipo de tomates, cambiar el roquefort por parmesano, manchego o algún otro queso más suave, incluir diferentes hierbas en el aliño,... La imaginación culinaria y nuestro propio gusto irá marcando las diferentes versiones que se pueden realizar de este plato.
Desde el momento que lo vi supe que ese plato tenía que hacerlo. No ha pasado mucho tiempo para que este deseo se haya cumplido. Es un plato sencillo y muy apropiado para estos primeros calores que estamos padeciendo. Si a eso unimos que dispongo de los productos que me llegan semanalmente de la tienda virtual Freshvana de venta de fruta y verdura ecológica, no tenía excusa para demorar más la elaboración de estos montaditos. Junto al queso roquefort, el papel principal lo tienen el calabacín (mejor que no sea muy grande y siempre debe ser fresco y tierno) y la pulpa de tomate (en este caso un delicioso tomate negro mulato, de gran sabor). Un aliño sencillo, con el vinagre balsámico aportando su toque característico.
Está claro que este plato puede tener miles de variantes: sustituir el calabacín por pepino, hacerlo con diferente tipo de tomates, cambiar el roquefort por parmesano, manchego o algún otro queso más suave, incluir diferentes hierbas en el aliño,... La imaginación culinaria y nuestro propio gusto irá marcando las diferentes versiones que se pueden realizar de este plato.
Ingredientes:
- 1 calabacín ecológico de Freshvana, pequeño y tierno.
- 1 tomate negro mulato ecológico de Freshvana, grande y madurito.
- 100 g. de queso roquefort.
- 3 c/s (cuchara sopera) de AOVE (aceite de oliva virgen extra).
- 1 c/s de vinagre balsámico.
- Sal marina.
- Pimienta negra molida.
Pasos:
- Cortar el calabacín en rodajas muy finas (con una mandolina esta tarea se hará mejor).
- Rallar el tomate, descartando la piel. Salpimentar la pulpa del tomate.
- Disponer las rodajas de calabacín en un plato grande o fuente de servicio. Salpimentar y aliñar con el AOVE y el vinagre balsámico.
- Sobre cada rodaja de calabacín colocar una cucharadita de pulpa de tomate y sobre ésta un trocito de queso roquefort.
- Mantener refrigerado hasta el momento de servir.
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