sábado, 22 de junio de 2013

Hallullas chilenas

 

Comentario previo:

Desde hace un tiempo a esta parte me han aumentado las visitas y los comentarios que llegan a este blog desde Chile. Es algo que me alegra mucho y que no quiero dejar pasar sin hacer un público agradecimiento. Por eso me he decidido a hacer estas estas hallullas, que son un pan típico de aquella tierra. Es una forma de homenajear y de divulgar la gran cocina chilena, de la que espero aprender mucho.

Es un pan sencillo, pesado, plano y de consistencia firme, que da mucho juego para acompañar al desayuno, pero también para servir de soporte a un huevo a la plancha con ajo y quesos rallados (como el que aparece en la foto). Es un pan sin agua (lleva leche) y tiene un aporte grande de calorías en la manteca o margarina que se le añade. En las consultas que he realizado por Internet he encontrado bastante discrepancia en cuanto a la cantidad de cada uno de los ingredientes, así que he optado por hacer un poco la media entre unas y otras fuentes.

Sé que en muchas casas chilenas hacen sus propias hallullas y sé seguro que cada un podrá opinar sobre las diferencias entre estas que hace un español por vez primera y las que allá se hacen. Así que, estoy deseando leer sus opiniones y sus consejos para conseguir mejorar la receta.

Ingredientes (para 10 hallullas):

  • 500 g. de harina panificable (o 250 de harina de fuerza y 250 de harina de repostaria).
  • 8 g. de levadura seca (o 25 g. de levadura fresca).
  • 20 g. de azúcar.
  • 60 g. de agua filtrada tibia (no más de 30º).
  • 10 g. de sal marina.
  • 185 g. de margarina.
  • 100 g. de leche (usé de cabra, pero puede ser de vaca o de soja).
  • 1 yema de huevo y 2 c/s (cuchara sopera) de agua para pintar la masa.

Pasos:

  1. Disolver la levadura y el azúcar con el agua tibia y dejar que arranque la fermentación reposando por lo menos 15 minutos.
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  2. Derretir la margarina disolviéndola, junto con la sal, en la leche, que se habrá calentado sin que llegue a hervir.
     
  3. En un cuenco mezclar la harina con la levadura fermentada y la disolución de la margarina en leche.
     
  4. Mezclar los ingredientes y amasar, durante unos 10 minutos, hasta que quede una masa seca pero grasa.
     
  5. Bolear la masa y dejarla reposar, al menos, 20 minutos.

  6. Extender la masa con un rodillo (no se pegará a la mesa, porque es muy grasa) y hacer varios plegados. Dejar extendida la masa con un grosor de unos 2 cm.

  7. Con la ayuda de un haro (de unos 10 cm. de diámetro), o de la boca de un vaso o bote, se van cortando discos de masa. Con los restos, volvemos a extender la masa y repetimos la operación.
     
  8. Disponer los discos de masa sobre una bandeja de horno y pincharlos profúndamente con la punta de un palillo chino. Pintar la superficie de cada disco con una yema de huevo batida junto a un par de cucharadas de agua.
     
  9. Llevar la bandeja al horno, caliente a 200º con calor abajo, y hornear durante 35 a 40 minutos (hay quien los hace a 230º, durante 10 minutos).
     
  10. Cuando están bien doraditos, se sacan del horno y se dejan enfriar unos minutos.

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