Para comenzar los asistentes pudieron participar en la elaboración de una ensalada de zanahoria y pasas. En su sencillez y rápida ejecución radica el atractivo de este plato. Unas simples tiras de zanahoria (cortadas con el pelapatatas) y una vinagreta con mostaza antigua, limón, AOVE (aceite de oliva virgen extra), piñones y pasas componen el plato, junto a la sal que cada comensal tenga el gusto de consumir.
El primer plato consistió en una pastel de avellana y patatas, con su gratinado de queso emmental sobre (¡Ojo al dato!) una capa de copos de maíz (sí, los corn flakes de siempre). De esta manera se consigue, con menos queso, una cobertura crujiente. El relleno se compone de patata y cebolla pochados, con ajo, zumo de limón y avellanas troceadas. Todo ello en una base de huevos y leche que se someterán a baño maría en el horno a 180º, durante 30 a 45 minutos (según la altura que tenga el pastel).
Un curry de verduras fue el segundo plato. Para hacerlo se cortaron y pocharon cebolla, ajo, pimiento rojo, puerros, champiñones, patata y coliflor. Una vez pochadas, las verduras se acompañaron con tomate triturado y pasas. Por supuesto, todo se salpimentó y recibió la correspondiente ración de curry en polvo. A la hora de emplatar, que mejor manera que ponerle un chorro de AOVE para dar buen aspecto al plato.
Para postre un delicioso melocotón asado sobre coulis de frambuesa con aceite de vainilla. Tres partes componen este postre:
- Melocotón asado: Los melocotones simplemente se colocan, enteros con su piel y todo, sobre una fuente de horno, se riegan con aceite de girasol (por aquello de que el aceite no transmita mucho sabor) y se espolvorean con un poco de azúcar (dependiendo de lo dulce que esté la fruta). Se hornean a 180º durante media hora.
- Aceite de vainilla: En un cazo ponemos aceite de girasol (otra vez el tema del sabor) en cantidad suficiente, con dos vainas de vainilla, que abriremos para que suelten las semillas y desprendan éstas más aroma. Calentaremos al fuego y, antes de que rompa a hervir el aceite pero esté bien caliente, apartaremos y reservaremos. En este momento la fragancia en la cocina es alucinante.
- Coulis de frambuesa: Calentamos unas gotas de aceite de girasol (seguimos con el sabor) en un cazo y ponemos a calentar a fuego suave las frambuesas con el doble de su peso en azúcar. Dejamos que todo cueza hasta que queda como una mermelada muy líquida y con trozos de fruta. Apartamos y dejamos enfriar (mejor si el coulis se hace bastante antes y está frío de frigorífico).
Montamos el plato del postre poniendo en el fondo unas cucharadas de coulis de frambuesa, sobre éste ponemos un melocotón asado y lo bañamos con el aceite de vainilla. Os aseguro que el aroma y el sabor no os dejarán decepcionados.
En total casi cuatro horas de un ameno divertimento en el que aprendimos algunos truquillos y quedó demostrado que un menú vegetariano no sólo es sano, sino también puede ser muy atractivo.
Felicitar, una vez más, al CCT Murcia por poner a nuestra disposición estas actividades, gracias a su iniciativa, que en tiempos de crisis (como los que corren), son doblemente de agradecer.