250 gr. de pisto (tomate frito con pimiento, berenjena, calabacín y cebolla).
50 gr. de piñones.
Sal y pimienta al gusto.
Aceite de oliva virgen extra (use el Amarga y Pica que me regalaron en el Encuentro de Blogueros de Gastrotur, en Granada).
Pasos:
Saltear las espinacas en una sartén con unas gotas de aceite (opcionalmente se puede restregar un diente de ajo por el fondo de la sartén o sofreír un diente de ajo picadito). Salpimentar al gusto cuando comiencen a perder volumen.
Cuando han perdido volumen y sin dejar que comiencen a tostarse, retirar las espinacas del fuego y escurrir el caldo (este caldo no se debe tirar, resulta muy rico para sopas o para enriquecer guisos).
Volver a poner las espinacas en la sartén y saltearlas con la mitad de los piñones, hasta que éstos comienzan a tostarse.
Añadir la mitad del pisto a la sartén y saltear durante un par de minutos, para que se integre la salsa con las espinacas.
Apartar la sartén del fuego y añadir el queso gorgonzola, que habremos cortado en 16 trozos.
Extender sobre la tabla las placas de pasta de los canelones (que habremos cocido o preparado previamente, según las que usemos) y pondremos una cucharada del salteado de espinacas, procurando que a cada placa de pasta le corresponda un trozo de queso. Vamos enrollando para hacer los canelones.
En el plato (o en la bandeja de horno) colocamos de fondo un poco de pisto, sobre el que colocaremos los canalones y volveremos a poner otro poco de pisto y algunos piñones.
Espolvoreamos el queso parmesano rallado por encima y metemos al horno, con el grill encendido para fundir el queso, dejando que se tueste a nuestro gusto.